Los ciudadanos suizos aprobaron, a través de un referéndum realizado el 3 de marzo de 2013, la imposición de controles estrictos sobre los salarios a los ejecutivos, otorgando a los accionistas de empresas cotizadas un voto vinculante sobre la compensación. Con esto se ha decidido que sean los accionistas y no los propios directivos los que decidan sobre sus remuneraciones.